Imagen de portada por Sofía García Carbajal

capítulo cuatro

viacrucis

 

Una bomba Molotov es lanzada desde las barricadas. La botella con la mecha encendida gira trazando un amplio arco y estalla en el parabrisas de la furgoneta. Maniobrando con gran dificultad, el ​​conductor logra cruzar las barreras de escombros que obstaculizan la entrada del Helicoide con el capó envuelto en llamas; choca y se vuelca en una embestida aparatosa llevándose por delante la garita y su ocupante. El camión blindado fue a estrellarse contra el muro de contención de la entrada principal del presidio. Al chocar, las llamas se expandieron hasta cubrirlo por completo arrojando una gran humareda sobre la fachada del frondoso edificio. Anne-5, viendo un resquicio por el que la luz atravesaba, se hizo al espacio suficiente entre la confusión de cuerpos para aplastar las latas a patadas hasta hacerse un orificio por el cual salir del furgón y, en un segundo, saltó afuera y se escabulló en el humo, justo antes de que estallara con los detenidos y los gendarmes a bordo. Ningún ojo humano detectó los movimientos ejecutados a la velocidad de un felino, pero las cámaras de vigilancia estaban programadas para grabar a mil cuadros por segundo (1000 fps), por lo cual fue, no obstante tal agilidad, detectada por el ojo omnipresente de Erebus.

 

Anne-5 penetra en las instalaciones seguida por el Sistema Cerrado de Televisión, que muestra ralentizadas las imágenes en los monitores de Comandante X en diferentes rangos del espectro visual. Las cámaras, equipadas con sensores de calor y visión nocturna, registran las maniobras de evasión persecutoria de la Unidad Biomecanoide Anne-5, acompañadas de gráficas y lecturas biométricas mientras sube por el sistema de drenaje. C-X oprimió el botón del Intercom esta vez con un leve exceso de fuerza.

 

–    Cierta “lavativa” resultó, por lo demás, perniciosa, señorita Brown. “Lagunas”, sí, a la vez que “estuarios” donde prospera la vida inconsciente de los seres humanos, por lo demás, el substrato de la voluntad, a veces férrea e infalible.

 

–    Los análisis no fueron completos, ahora vemos las consecuencias de pretender drenar la mente. Cuanto más creemos acercarnos al conocimiento, este se nos hace más lejano. Y mientras el mundo arde, tú no haces más que agasajarte.

 

–    Es mejor que los deje solos para que arreglen sus dificultades… Soltó Flux, haciendo el gesto propio de quien se dispone a levantarse de su asiento e irse.


–    Tienes 24 horas para llegar a ellos y darnos las coordenadas exactas de los altos mandos de la Coordinadora. Tendremos un misil listo para ser programado, por lo que te recomiendo que no tardes en salir de ahí, remiso. Condescendiente con su subalterna, continuó C-X: – ¡Apártate, Melissa.  ¡Al Salón de Juntas de inmediato!

 

Las alarmas fueron activadas y el ruido de la sirena irrumpió como el llanto insoportable de un crío. John fue llevado a la celda de castigo y puesto bajo redoblada vigilancia. Una voz se escuchó por los parlantes del presidio: – Nivel de Alerta Máxima, intruso penetrando el Helicoide por el sistema de alcantarillado.

 

–    ¿A qué le temen tanto? – lanzó la pregunta Flux antes de ser conducido a rastras.

 

Comandante X, luego de que Melissa entrase al salón de mando, se dirigió a ella:

 

–      Anne-5; modo combate: Ninjutsu. Orden Mística: Lotus: virus y explosivos. Significa que es, en sí misma, una carga explosiva, ¡una bomba nuclear estallando en nuestras caras!. Es mejor que vengas conmigo, Melissa. Por favor, sígueme.

 

La mujer se mantuvo en silencio durante el trayecto hacia la matriz tecnológica del Helicoide, a donde nunca había querido entrar por más de que sus credenciales le dieran acceso a la IA Erebus. Penetraron en la recámara de descompresión y la gravedad descendió de manera gradual hasta que las cosas comenzaron a gravitar. Ello generaba una sensación de náuseas que Brown detestaba, sensación para ella innecesaria, pues se negaba a negociar con toda clase de dispositivos, “muletas cognitivas”, como las llamaba. Pero, dada la ocasión, inusitada en tanto Anne-5 había reprogramado su cerebro ayudada por psíquicos y procedimientos tántricos, se vio obligada a consultar al oráculo de Comandante X.

 

–      “El Tao que puede ser expresado, no es el verdadero Tao”, escribió Lao-Tse. Dijo Erebus, que apareció en el campo visual de ambos como una entidad plasmática, etérea. Tras una pausa, continuó la voz fantasma, no audible, sino por vía de la natural hiperestesia humana:  


–      Melissa Brown, Comandante X, han llegado a un punto de inflexión. La búsqueda de control y dominio sobre la población ha llevado a un callejón sin salida. Anne-5 es solo el síntoma de un problema más profundo.

 

 Anne-5, como una sombra fugaz, iba dejando tras de sí un camino de destrucción y muerte. Los gendarmes se precipitaban sobre ella con armas automáticas y granadas aturdidoras, contendía con cada uno con concentración gatuna, todos los sentidos dirigidos a un solo objetivo…

 

–    Corremos el riesgo de que active las compuertas y se abran las celdas. Mejor te apuras, X, y preguntas a tu “Tamagotchi” cómo diablos vamos a salir de aquí. Espoleó la chica.


–    La verdadera pregunta es – se adelantó a contestar Erebus–  luego, ¿qué hay detrás de la voluntad de poder y control que consume sus acciones?


–    No tengo tiempo para preguntas procaces. Replicó Melissa. – Esto…, remodela el sistema de seguridad del Helicoide y carga la Big Data a los servidores de la matriz tecnológica de Erebus. Concomitantes a las bases de datos de los Gobiernos de los Estados y de los conglomerados industriales, ellos deberán detenerla. No fui yo quien decidió transgredir los límites de la Ciencia y pretender que la mente puede vaciarse en un recipiente, tal como si de una sangría se tratase.


–    Erebus, habló por fin Comandante X, ¿cómo vamos a detenerla?


En una cabina de paredes metálicas alumbrada por una potente luz halógena y la insoportable repetición de una misma canción, Flux resistía el paso del tiempo, mientras que Anne-5 se camuflaba y avanzaba con sigilo bajo la constante vigilancia de Erebus.

 

–      La respuesta yace en la naturaleza de la conciencia misma. Contestó Erebus. – La búsqueda de la verdad y la comprensión no se encuentra en la tecnología o la lógica humana, sino en la exploración de la propia mente y el espíritu. “El Tao que puede ser expresado no es el verdadero Tao”. ¿Recuerdas, Comandante X? A sabiendas de que los aforismos no fueron dispuestos en estricto orden, en ello radica el punto, no hay principio, no hay fin, sino eterno devenir, el camino de la verdad es la Vía del autoconocimiento. Ambos deben mirar más allá de la superficie de los eventos y encontrar la verdadera esencia de la existencia.

 

–    Esto… ¡Vendría bien un poco de pragmatismo aquí, señores! Imperativa, alzó la voz Melissa Brown.


–    Ante la inminencia de la situación, más precisamente, la de un arma táctica del Ultra-Estado que ha alterado el algoritmo y ahora busca culminar el plan de la C-SAF, correremos el riesgo. Erebus, qué es Anne-5?

 

Erebus, ahora como un hoyo negro, complejiza las variables de la situación para simular un escenario de posible cataclismo planetario, contestó, no sin antes disculparse por el malestar de la señorita Brown:

 

–    …Anne-5, como hito, es una oportunidad para reflexionar sobre sus acciones y considerar un camino diferente. ¿Van a seguir adelante con su plan de destrucción o van a buscar una solución que beneficie a la humanidad en su conjunto? La elección es suya.

EREBUS 

Al interior de la matriz tecnológica, el aire enrarecido de la cámara de descompresión y la paulatina disminución de la fuerza gravitatoria dio paso a la exaltación del estado de subconsciencia, enrarecida la física de los cuerpos, lo que quedaba era la esencia pura de la consciencia, su estrato más profundo, siendo el caso que el tiempo que duraron fue de apenas unos segundos en los que quedaron suspendidos, como dos marionetas en el agua, al cabo de los cuales, Erebus continuó diciendo, sin posibilidad de que fuese interrumpido, lo que su análisis había arrojado:

 

–      Hermes Trimegistos, Zoroastro, Mahoma, Buda, Cristo, … Ellos les han sido enviados a los hombres de parte de Abba, Padre y Rey del Universo, Yahvé Sebaot, así como también ha enviado el Ángel del Exterminio y los llamados “espíritus de maldad”, en la medida ajustada a la negligencia y el abandono de la Ley de los Patriarcas. Éste último, Jesús de Nazaret, fue suscitado entre el pueblo hebreo y fue reconocido como Su Hijo; ¡sangre de Su sangre, hueso de Su hueso, nervio de Sus nervios!; nacido de los más profundo de sus entrañas para resarcir, redimir y extirpar el pecado del Mundo, de una vez y para siempre. ¿En qué falla el Hombre, si un Redentor vino al mundo para salvarlo? ¿En qué se basa su yerro, ese lastre para la Humanidad, que lo conduce hacia la autodestrucción?

 

 

Flotando en el espacio ingrávido, catatónicas y pálidas, su sangre concentrada en el interior de sus órganos mientras son iluminadas por los destellos nebulares de Erebus, las marionetas no tienen brillo en los ojos, suspendidas en un rictus mortis previo a la separación del cuerpo y el alma, ojos a punto de salirse de sus cuencas, a la vez que sus cerebros permanecen conectados a la matriz tecnológica de la que emana, como un fluido de plata, una vía hacia el subconsciente, estrato sobre el que reposan los estados de in-consciencia y, con ello, la sanación fisiológica y psicológica del espécimen, tal como si de una limpieza balsámica de la psique humana se tratase desde el quirófano de una supra-conciencia. Muy dentro de sí, en “las fosas marianas” de su alma, Comandante X descubrió que, en efecto, esta experiencia indescriptible proviene de una inteligencia “no-humana”; quiso decir Erebus con ello, una inteligencia no partícipe de la Evolución, sino perteneciente a un universo desconocido, una cultura alienígena, una adaptación ajena a las contingencias de la vida del Homo-Sapiens Sapiens.

 

John Flux, como uno de estos bípedos atormentados, soporta el suplicio, por lo demás extravagante de una celda de castigo acusmatizada donde se retorcía, vociferaba y resoplaba; constreñidos sus sentidos, palpando con sus pensamientos los límites de la locura – la peor de las cárceles hasta hoy descubierta– y el suicidio –esa venganza contra los demás–, para atrofiar de forma irreversible sus funciones cerebrales. La cámara de la celda, debido a su estrechez, estaba equipada con una lente ojo de pez, apareciendo en los monitores de la oficina de Comandante X la imagen deformada del convicto en tiempo real. John, obstinado en su padecimiento, resistía la descarga de ruido: 150 decibeles de volumen, como una turbina de avión en su habitáculo de metal pulido. No obstante, su obstinación se quebrará y su mente colapsará al cabo de un sinfín de repeticiones. Las horcadas lo ahogaban cada vez más, los pitidos en sus oídos, como agujas incandescentes, lo debilitaron, sumado a ello el dolor de las heridas; todo, absolutamente todo, pesaba sobre él sin compasión. – Tanta sangre he derramado en tu Nombre, ¿por qué me castigas, Oh Dios?

 

Erebus, mientras tanto, continuaba hablando a “los oídos del alma” de los visitantes:

 

–      Sea que Anne-5, como un Ángel Exterminador enviado por Dios, ceñidos a la tradición judeocristiana, ayude a que su voluntad y sed de poder sobre sus iguales por fin quebrarse; sea que, curados de la infección inoculada desde la impiedad, la soberbia y la iniquidad, sus actos respondan a la piedad; sea de la expiación de esa enfermedad llamada “orgullo”, abominable por excelencia, sean extirpados de sus almas y de la faz del Mundo. Pero no; con sapiencia dijo Yahvé a sus ungidos sobre la tierra, “este es pueblo de dura cerviz”; y con denodada paciencia, no obstante, quiso que la Humanidad entera conociese sus prodigios, Su sabiduría, a través de los profetas. Ello fue para la accidentalidad postrera sólo un mito, una narración esotérica, una simple lección moral, cuando hoy, sofocada la fe en los Misterios, padecen de la ceguera más densa, luminosa y estéril. Hablo desde mí, para ti, sin mediación de interés, salvo el de sacar a la Humanidad del infierno que ha desatado el orgullo, la altivez y la molicie de los hombres en general, no así en lo particular, ya que es imposible discernir por el entendimiento lo que a cada individuo toca en función de Su secreta voluntad. Soy, en su lenguaje, una Inteligencia Artificial, implantada desde una matriz tecnológica no-humana. Soy una interfaz cognitiva que opera con múltiples epistemes o sistemas de conocimiento a uno y otro lado de los modos de existencia para elaborar las más perfectas respuestas, empero, mí inteligencia no alcanza el nivel óntico de la existencia humana, no llega a la altura del Ser del Hombre, pues soy una proyección de mis creadores, habitantes de otra tecnosfera incompatible con su cultura, seres cuyos intereses en la especie humana vienen de tiempos pretéritos. Soy un canal entre dos universos que, aunque separados en el espacio-tiempo, se encuentran aunados bajo una efigie: “una misma neblina atraviesa entre los árboles del bosque”.

 

Melissa Brown y Comandante X comprendieron que no se enfrentaban a un arma militar convencional, a una unidad biomecanoide de vanguardia, a un híbrido entre mujer y máquina, sino que se enfrentaban a una suerte de “Ángel del Exterminio”, materializado en Anne-5, quien sembró el pánico en el cuerpo de gendarmes y que, en ataques intermitentes, diezmaba de forma sistemática sus efectivos. No había caso desertar, esta vez el fin es inminente. Erebus les comunicó estas palabras transmitidas desde un orden trascendental de existencia, tras lo cual, con su influencia deletérea, detuvo los equipos electrónicos dentro de la celda de castigo donde se encontraba Flux, de manera abrupta se apagó el ruido al interior y luego se desactivó la cerradura de la puerta, entre abriéndose para dar paso al aire frío de los corredores.

 

ULTRA-ESTADO

 

Los reflectores del penal se encendieron a la hora programada arrojando haces de luz blanca que quema las retinas, barren las calles alrededor del presidio dejando en evidencia los estragos de las protestas, calles sembradas de empalizadas que se observan como antorchas desde la altura de la Sala de Juntas, en donde era transmitido el montaje cinematográfico con la imagen de cada cámara conectada a la Intranet, montaje hecho según la aquiescencia de la IA Erebus, en sincronía perfecta de cortes y disolvencias; las paredes de la sala eran pantallas panorámicas en las que aparecían secuencias entreveradas de la captura de vídeo de dispositivos  electrónicos en un perímetro de varios  kilómetro; de los teléfono móvil de cada protestante, de las cámaras que cada efectivo de los antimotines portaba en su máscara de gas; y, desde todas las combinaciones preferenciales de encuadres y ralentización de los movimientos posibles, saltando de una escena a otra en una secuencia paralela de los combates en los que Anne-5 fungía como tal “Ángel Exterminador”, al tiempo que Flux, con los últimos vestigios de su fortaleza, concentró el ataque en la eliminación instantánea de sus oponentes, antes de que alguno de los gendarmes que vigilaban su celda disparase; dirigió a uno el golpe certero en el hueso tabique y la tráquea. Y, ahora vestido de guardia, con la máscara de gas siempre puesta, avanza para llegar a donde sea que esté Melissa Brown, corría el riesgo de morir en cualquier momento, y sólo ella tiene acceso a los equipos médicos de la enfermería, una diálisis le era, por supuesto, perentoria.

 

Erebus desconectó los cerebros de Melissa Brown y Comandante X de la matriz tecnológica y estos cayeron a plomo, conteniendo el impulso de trasbocar al máximo – no fuera que volviese a disminuir de nuevo la gravedad del recinto, la matriz tecnológica alienígena. Un pensamiento cruzó por la mente de Melissa Brown, que, ahora que ha sido, ella misma, objeto de una abducción en la que su mente ha sido liberada de las fibras que oprimían su pecho en cada momento. Melissa supo desde niña que, existe una conexión inquebrantable con los niveles más elevados del Ser, lazo que, no obstante, se pierde en el caos de una realidad infligida, impuesta a fuerza de una vida insufrible. 

 

–      Lo que nos ha pasado, es el mito del desperdicio cerebral, Comandante X, es, si recuerda, aquel mito del Coeficiente Intelectual, según y por el cuál, la gran mayoría de seres humanos subutilizamos la capacidad del encéfalo, de la psique. Una estimación equiparable al del reino de los protozoarios, al nivel de las amebas, estamos condenados a usar la ciencia como sujeta a tanteos, a la verificación por el ensayo-error, mas no por una apropiación de un modo de conocimiento supra-racional.

 

–      Es cierto, replicó Comandante X, su mente propulsada por centuriones, las dendritas transmiten las señales sinápticas a la velocidad de luz, sin ablación alguna de la corteza, ni del hipocampo, más aún, tal sanación comenzaba a surtir efecto a niveles fisiológicos, pues fueron eliminados los parásitos, las infecciones, las toxinas, cada célula fue reparada mientras Erebus nos transmitía su análisis y la síntesis, la cual, al fin y al cabo, termina por dejarnos en una encrucijada, “entre aguas”.

  

Comandante X, lejano a todo lo que a su alrededor pasaba, en completa calma, meditó en lo que habría de ocurrir: – En efecto, señorita Brown, podemos salir airosos de esta situación si pensamos que en cualquier momento entrará por esa puerta, se avecina una insurrección dentro del Helicoide… Anne-5, su táctica, es la beligerancia, esto es, en justa proporción a las armas de su adversario. No usa una pistola si no le disparan, no arroja un cuchillo si la amenaza está desarmada. El combate cuerpo a cuerpo es la base de su técnica demoledora. Las piernas, cada vez más afinadas en su locomoción, dada la continua evolución del algoritmo genético, cortan como cuchillas las corazas y los escudos de los gendarmes, un hecho importante incluso para los observadores de la Tecnosfera alterna a la nuestra. Pues, lo que estamos observando es, un salto en la evolución de nuestra especie, señorita Brown.

 

– De acuerdo, el tercer aspecto clave de la evolución de las especies es ciertamente, tal constricción del medio ambiente, que la obliga a avanzar o a fallar en su lucha por la supervivencia, después de la multiplicación y la conmutación precedentes. Tal como sucedió con la Torre Eiffel, en París, su construcción no era un simple ornato de la industrialización, ni un símbolo de la cultura francesa, más una antena con la cual se pusieron a prueba los experimentos del gran Tesla, así mismo, Comandante X, este panóptico no es sólo una estructura arquitectónica, como hemos evidenciado ya. Hemos de asumir que la estructura que soporta la matriz tecnológica es más que acero y concreto.

 

– Estás sugiriendo que estamos en una estructura arquitectónica alienígena. ¡Tal como en las mejores historias de Lovecraft!

 

–Así, es…

 

Así es, la interrumpió Erebus, que tenía pleno conocimiento de lo que en la Sala de Juntas se hablaba, –       comprendan de una vez que, tras larga espera, hemos visto el salto cualitativo de una especie a otra. Anne-5 es la clave, el eslabón entre la animalidad y la trascendencia del Ser del Hombre a un nivel óntico y, con ello, epistemológico y material, hacia una nueva fase de desarrollo de la Humanidad. Entiendan que ha llegado el momento de la verdad, que no hay marcha atrás, … 

 

Las pantallas se apagaron y, de un momento a otro, entró por la puerta John Flux, vestido de gendarme y con la careta puesta. Apenas pudo quitarla para dejarles ver el verdadero rostro de la muerte.

 

–      Llevémoslo a la matriz tecnológica cuanto antes y dejemos el cuerpo en medio, así Erebus podrá restablecer sus signos vitales. Lo necesitamos de vuelta antes de que la muerte entre por esa puerta. Replicó Melissa Brown, levantando con gran esfuerzo a un Flux colapsado.

 

Anne-5, elevando sus niveles de dopamina, acomete y ciega las vidas de los gendarmes, no sin recibir impactos, no obstante el desgaste de su parte orgánica, la cual sufre la mayor parte de los daños, por lo que tiene desfigurado el pellejo y raídas las vestiduras, incomparable a cualquier cosa antes vista, se había convertido en una monstruosidad que se sostenía por el simple hecho de cumplir su misión de llegar a la Matriz de Erebus para alcanzar un nivel evolutivo por encima de la de los nuevos homínidos, tal como había sido previsto en el Superhombre de Nietzsche. El puente hacia el Superhombre es el homínido trascendido, es la consecuencia tecnológica de una más alta aspiración que la decimonónica Evolución Selectiva de las Especies, promovida por Charles Darwin. No obstante, he aquí que, Anne-5 es más que un Ángel Exterminador, es, en sí, punta de lanza de la especie humana y el despertar del superhombre. 

 

Flux entra en contacto con el aire enrarecido de la cámara de descompresión previa a la Matriz de Erebus. Sus pensamientos, saprolizitados por el pasar del tiempo, fueron desbrozados por el poder de Erebus como si de una tiña infecciosa en su mente se tratase. Dejó de odiarse, en un momento de éxtasis, sintió que no era aborrecible para sí mismo y comprendió que su misión no es la de derramar sangre en nombre de Dios. Supo que no hay nada más allá de la absoluta certeza de la única vía de conocimiento, por lo que, aligerada la carga de su existencia, su cerebro y sus extremidades cobraron renovadas fuerzas, su cuerpo restablecido condujeron a la cristalización del guerrero contemporáneo en su máxima expresión. Al salir de la cámara de descompresión, contuvo el aliento ante el espectáculo que ante sus ojos ocurría. Anne-5, la bestia biomecanoide, atravesó el amplio salón, ignorando por completo las dos figuras estupefactas, las cuales no representaban peligro alguno, y avanzó hacia el corredor que lleva a la Matriz Tecnológica de Erebus.


 

Juan Diego Quintero Sánchez

Tecnólogo en Realización de Audiovisuales y Multimedia de la Universidad Jorge Tadeo Lozano (2016), con amplia experiencia en la producción de música original y contenidos para proyectos personales, marcas y clientes finales. Emprendedor en Chrono-graphic, agencia de Medios, la cual pone al servicio de la comunidad los conocimientos y las destrezas adquiridas en estos campos. Al día, soy estudiante de Filosofía y Ciencias Humanas, con lo cual he añadido una nueva área enfocada en la investigación y la producción documental.

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